Un modelo escandinavo en su máxima expresión, es esta taza huérfana con el bello diseño 'Ostindia'.  

Ostindia, votado “Servicio del Siglo” en Suecia, debe su existencia a un tesoro escondido. Después de que un barco que regresaba de China se hundiera frente a Gotemburgo en 1745, un fragmento de porcelana del cargamento terminó de alguna manera en un armario en la fábrica de Rörstrand. Muchos años después, en 1932, la esposa del gerente de la fábrica, Knut Almström, lo vio y pronunció las famosas palabras: "Knut, creo que podría valer la pena hacer algo con esto...". Y así, un fragmento de porcelana china se convirtió en el modelo de uno de los diseños más icónicos de Rörstrand.

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SOBRE LA MANUFACTURA RÖRSTRAND, SUECIA

Lo que Meissen es para Alemania, la fábrica de porcelana de Rörstrand lo es para Suecia.

Rörstrand se fundó en el castillo de Rörstrand en Estocolmo en 1726 bajo la dirección de Johann Wolff, un fabricante de cerámica alemán. Inicialmente la fábrica solo produjo fayenza al estilo Delft Blue (Holanda) hasta que comenzó a fabricar porcelana en 1770.

Tras la adquisición de la fábrica rival, Marieberg, en 1785, Rörstrand se convirtió en la única gran fábrica de porcelana sueca.

En 1900, empleaba a unas 1.100 personas. Los productos de la fábrica tenían una excelente reputación en todo el mundo y participaron con éxito en exposiciones industriales y artísticas.

La expansión de la ciudad de Estocolmo conllevó a cerrar la fábrica de Rörstrand y trasladarla primero a Gotemburgo y luego a Lidköping en la década de 1930. Entre 1960 y 1990, pasó por varios propietarios.

A partir de 2001, Rörstrand formó parte de Iittala, que trasladó la producción a Sri Lanka y Hungría.

El 30 de diciembre de 2005, la fábrica de Lidköping cerró sus puertas terminando así un capítulo importante de la historia industrial sueca.

En 2007, Iittala, fue adquirida a su vez por el grupo Fiskars.

La antigua fábrica de porcelana es ahora un museo, en el que el legado sigue vivo.